En la noche, en un rincón apartado y oscuro, una pequeña luz proyecta una silueta humana en el fondo del rincón. Las pupilas se mueven de manera espasmódica arriba y abajo en unos ojos inflamados y vidriosos. De repente, la luz desaparece y un segundo después, un golpe seco y estridente le hace reaccionar. Sus ojos quedan quietos por primera vez en mucho tiempo.
Una vez desconectado de su jaula de estímulos permanece largo rato mirando atónito el horizonte, su mente empieza a funcionar de nuevo a medida que procesa la visiones de todo lo que hay a su alrededor y que, tiempo atrás, fue su campo de acción pero que ahora le resultan irreconocibles. Un sin fin de preguntas y recuerdos simultáneos le sacuden el cerebro. Esta sucesión de ideas bloquea toda capacidad de acción hasta que toma consciencia de su cuerpo y de su mente y se pregunta: ¿Cuánto tiempo llevo aquí?